Me considero una persona del deporte y de la formación. De siempre. El deporte nos enseña multitud de valores que tienen que ver con el esfuerzo permanente, el afán por superarnos, nos enseña a mejorar nuestras cualidades, a luchar de una forma incansable, a ser responsable y tener disciplina, a trabajar en equipo, a ser generoso, a detectar a los egoístas que solo piensan de forma individual, a impedir ciertas intoxicaciones que se pueden introducir en un vestuario para que no hagan daño a la salud del grupo. El deporte nos enseña muchos valores que hoy en día por desgracia son poco usados.
Hoy en día parece que los sueños están reservados sólo para los niños, ellos viven en un mundo irreal, los adultos que ya sabemos de tantas realidades, ¿para qué soñar?, o, ¿se considera una debilidad tener sueños? ¿O soñar es solamente irreal e inmaduro?
Pienso que la experiencia te hace a veces ser un poco escéptico, te resta espontaneidad a la hora de emprender nuevos proyectos, nos haces ser un poco mas cagones, caemos en los tópicos habituales, y tus ilusiones las mantienes en un estado estacionario, no vaya a ser que te ilusiones demasiado y la caída será más dura. O por el que dirán el resto de personas.
En cualquier caso diría que la experiencia, la edad, y las circunstancias, no son incompatible con la ilusión, ni mucho menos, las ilusiones no tienen final en el tiempo, los objetivos sí. Pero un entrenador no puede permitirse el lujo de soñar, ¿cómo entonces enseñaríamos a los más jóvenes?, ¿cómo transmitiríamos nuestra pasión?, ¿cómo les enseñaríamos a amar nuestro deporte?, ¿cómo lo haríamos?, ¿siendo sólo una autoridad pragmática? Yo no lo veos así, al contrario.
Entrenar tiene algo de irreal, cómo obviar tantas situaciones mágicas: lo que un equipo unido es capaz de alcanzar, la cantidad de emociones que genera el juego, los impensables logros conseguidos, metas ganadas, decepciones sufridas y aprendidas…
Entrenar es luchar por no perder esa pasión que te hizo empezar a dirigir tus primeros entrenamientos y partidos, luchar por lo que más queremos, crecer profesionalmente y personalmente.
Todos sabemos que hay una parte de intereses externos, muchas opiniones e intereses a nuestro alrededor, pero en medio de todo esto, el juego es nuestra diversión y siempre ha de estar ahí, resistiendo a los efectos contaminantes de especuladores y ofreciéndonos lo mejor, lo apasionante, lo que hace tan atractivo el deporte, el deporte de individual o de equipo, futbol sala en mi caso.
El día que empecé a entrenar un equipo de niños de mi pueblo, Ayuntamiento de Morata de Tajuña. Nunca imaginé, que mi sueño se hiciera realidad, poder llegar a 1ª división antigua división de honor, y poder dirigir a todo un grande como Caja Segovia Futbol Sala de primer entrenador. Y hoy estar al frente de un gran club como ETO Futsal Club, luchando por títulos, compitiendo en UEFA y lo que es mejor formando a niños con grandes sueños por conseguir….
Con 29 años, mi sueño profesional se hizo realidad. Y ahora, ¿qué?-me pregunté aquel día, y aprendí que a los sueños es conveniente no ponerles límites.
Y en eso estamos, sigo soñando y no me pongo límites. Día tras día sueño con seguir creciendo y aprendiendo, tanto profesionalmente como personalmente. Personalmente también sigo cumpliendo sueños, en 2.012 contraje matrimonio con Ainhoa, sin ella muchos de mis sueños, retos profesionales no sería posible. Este año cumplí otro maravilloso sueño, el nacimiento de mi hijo Borja, no tengo palabras para él.
Y hoy gracias a la gran ayuda de Jorge y Pedro Diez, de este ultimo algún día os hablare de el por aquí… de repente tengo una mi página web personal, que es como un sueño, espero que la disfrutéis y que su contenido os sea útil.